Fiume Veneto
Panorámica
Fiume Veneto, en Friuli-Venecia-Julia, es un pequeño municipio con raíces antiguas. Conocido por su tradición agrícola y su tranquilidad, es un destino ideal para el turismo rural. Su cercanía a ciudades históricas como Pordenone y a numerosos senderos naturales lo convierte en un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza, el ciclismo y el senderismo.
Gastronomía
La cocina de Fiume Veneto y del Friuli es un viaje a través de sabores auténticos y tradiciones centenarias, con platos que reflejan el alma campesina y el fuerte vínculo con el territorio. Uno de los símbolos de la gastronomía local es el Frico, elaborado con queso Montasio, patatas y cebolla, servido en su versión crujiente o blanda y a menudo acompañado de polenta. Otra especialidad es el Tòc in Braide, una polenta densa y de sabor envolvente, enriquecida con ricotta ahumada o quesos locales.
Entre los embutidos destacan el Musèt, un cotechino sabroso servido con brovada y rábano picante, y el Saùc, o Bondiola del Pordenonese, elaborado con carne de cerdo cuidadosamente seleccionada. El Salame friulano, de grano medio y aromatizado con ajo y vino, es perfecto con pan de centeno y vinos tintos locales. Una joya gastronómica única es la Pitina IGP, un embutido de montaña elaborado con carne de caza, ahumado y rebozado con harina de maíz, que se puede disfrutar crudo o cocido.
Entre los acompañamientos típicos encontramos la Brovada, obtenida a partir de la fermentación de nabos en vinaza, con un sabor ácido y característico, tradicionalmente servida con el Musèt. El Lidrìc cu lis Fricis, que combina achicoria con chicharrones de cerdo, ofrece un contraste equilibrado entre el amargor de la verdura y la intensidad de la carne. También la tortilla con hierbas silvestres, preparada con ortiga, diente de león y sclopit, celebra los sabores de la naturaleza friulana.
Para finalizar la comida, el Biscotto Pordenone, crujiente y delicadamente perfumado con mantequilla y vainilla, es un dulce con encanto centroeuropeo, perfecto con café o vinos dulces locales. La tradición enogastronómica friulana representa un equilibrio perfecto entre sabores genuinos y procesos artesanales, preservando la identidad de una tierra rica en historia y pasión culinaria.
Vinos y bebidas
La tradición vinícola y de destilados de Fiume Veneto y Friuli Venezia Giulia es rica en excelencia y refleja la identidad del territorio. Entre los vinos tintos destaca el Refosco dal Peduncolo Rosso, conocido por su estructura robusta y sus taninos marcados. De color rojo rubí intenso con reflejos violáceos, presenta aromas de frutos rojos maduros y notas especiadas. Su sabor pleno y con un final ligeramente amargo lo hace perfecto para carnes rojas, caza y quesos curados. Apreciado desde la época romana, es un vino con gran potencial de envejecimiento.
Entre los blancos, la Ribolla Gialla es famosa por su frescura y mineralidad, con un perfil aromático delicado en el que destacan notas de flores blancas y cítricos. De sabor ligero y vibrante, se marida a la perfección con aperitivos de mar, ensaladas frescas y quesos ligeros. Otro gran protagonista es el Friulano, anteriormente conocido como Tocai Friulano, célebre por su característico retrogusto a almendra y su equilibrio entre suavidad y elegancia. Con notas florales y ligeros matices herbáceos, es el acompañamiento ideal para el prosciutto de San Daniele, platos de pescado y verduras, y se sirve con frecuencia en las tradicionales osterías friulanas como símbolo de hospitalidad.
La destilación en Friuli tiene raíces antiguas, y entre sus productos más emblemáticos destaca la Grappa friulana, obtenida a partir de orujos y caracterizada por un aroma intenso con notas de fruta madura y flores secas. Su sabor seco y envolvente la convierte en un excelente digestivo, ideal para acompañar dulces secos o chocolate negro. Este destilado representa la tradición y la maestría artesanal friulana, transformando un subproducto del vino en una auténtica excelencia.
En los últimos años, el Gin friulano ha ganado popularidad como una refinada expresión de la destilación local. Elaborado con botánicos autóctonos, combina las notas frescas del enebro con matices cítricos y herbáceos, logrando un equilibrio perfecto entre tradición e innovación. Ideal para cócteles clásicos como el Gin Tonic o el Negroni, también se disfruta solo para apreciar su pureza y sus matices aromáticos.
Puntos de interés
Fiume Veneto es un municipio con un gran patrimonio histórico, cultural y tradicional, dividido en cuatro aldeas: Bannia, Cimpello, Pescincanna y Praturlone, cada una con una identidad propia. Bannia se distingue por el Baniòt, una variante del friulano estudiada incluso por Pier Paolo Pasolini, mientras que Cimpello es un nodo comercial estratégico. Pescincanna y Praturlone conservan una fuerte tradición rural y albergan eventos que fortalecen la cohesión social de la comunidad.
El patrimonio histórico y natural del municipio es especialmente relevante. Fiume Piccolo, conocido en el pasado como Flumen Citra Aquam, cuenta con casas de los siglos XVII y XVIII con coloridas fachadas que le han valido el apodo de “pequeña Murano”. El Parque Fluvial del Mortol, situado en el centro de la localidad, es un oasis verde formado a lo largo de los meandros del río, hoy convertido en un área de recreo y punto de encuentro para la comunidad.
El territorio cuenta con una interesante ruta entre iglesias históricas. La Iglesia de San Giacomo en Praturlone conserva frescos de 1503, mientras que la Iglesia de San Jerónimo en Pescincanna alberga obras atribuidas a Il Pordenone. En Fiume Veneto se encuentra la Iglesia de San Francisco, con un retablo de 1734 y mosaicos modernos de Edoardo Sellan. En Tavella, la Iglesia de Santa María, que data del siglo XI, es el edificio religioso más antiguo de la zona. Por último, la Iglesia de la Virgen Dolorosa en Fiume Piccolo, documentada desde 1670, refleja la devoción de la comunidad local. En 2025, Cimpello celebrará los 500 años de la Iglesia de San Tomás Apóstol, que alberga obras de Duilio Corompai y Luigi Nono.
Entre los sitios históricos más importantes destaca el Maglio Zuccato de Bannia, una de las últimas serrerías venecianas aún en funcionamiento exclusivamente con energía hidráulica, símbolo del antiguo arte artesanal. Otro testimonio de gran valor es la Piedra Miliar de Pescincanna, conocida como La Piera, que data de la centuriación romana y está vinculada a la antigua vía que cruzaba el Friuli occidental.
Asiago
Panorámica
Asiago, en el altiplano del mismo nombre en la provincia de Vicenza, es un lugar en perfecta armonía con la naturaleza. Famoso por su queso y su tradición quesera, ofrece una combinación ideal de actividades al aire libre, cultura y gastronomía. Desde rutas de senderismo hasta actividades de divulgación histórica relacionadas con la Primera Guerra Mundial, Asiago es un destino rico en historia y paisajes impresionantes.
Gastronomía
El Altiplano de Asiago es un territorio donde la naturaleza se encuentra con la tradición quesera, ofreciendo productos únicos y sabores inolvidables. Entre las excelencias de esta tierra destacan los quesos, guardianes de un conocimiento ancestral y de un vínculo inseparable con el entorno.
El Asiago DOP, rey de la mesa, se presenta en dos variantes que cuentan la historia de este queso: el Asiago Pressato, joven y delicado, perfecto para quienes prefieren sabores frescos y ligeros, y el Asiago d’Allevo, curado e intenso, ideal para quienes buscan un gusto más pronunciado y envolvente.
El Asiago d’Allevo, a su vez, se divide en tres categorías que reflejan su evolución con el tiempo: el Mezzano, con una maduración equilibrada, el Vecchio, de carácter más marcado, y el Stravecchio, un auténtico tesoro para conocedores, con su pasta dura y su sabor intenso y persistente.
Pero el Altiplano no es solo Asiago. Durante el verano, las cabañas de pastoreo se llenan de vida y producen quesos únicos, expresión de un pastoreo libre y de una elaboración artesanal. Estos quesos de montaña, de sabor intenso y auténtico, son un verdadero patrimonio quesero que merece ser descubierto y valorado.
Y luego está la ricotta, un producto fresco y delicado, perfecto para enriquecer primeros platos, postres y guarniciones. La ricotta del Altiplano, elaborada con la leche de vacas que pastan en los prados de montaña, es una concentración de aromas y sabores que evoca la pureza de la naturaleza.
El Altiplano de Asiago es un territorio lleno de sorpresas, donde los quesos son solo el inicio de un viaje gastronómico. Las patatas de Rotzo, el apio de Rubbio, el diente de león de Conco, la miel de montaña y los embutidos completan la oferta culinaria, brindando una experiencia única e inolvidable.
Vinos y bebidas
Las hierbas silvestres del Altiplano, con sus intensos aromas y propiedades beneficiosas, son la base de destilados únicos que capturan la esencia misma de la montaña.
Entre los más conocidos está el Kranebet, un licor seco obtenido de la destilación de bayas de enebro y hierbas alpinas, siguiendo una receta que data de 1924. Perfecto como digestivo, puede disfrutarse solo, con hielo o mezclado en cócteles.
El Amaro Asiago, un clásico digestivo fruto de una larga tradición herborística, se obtiene de la infusión de raíces y hierbas de montaña. Su aroma intenso y envolvente, con notas herbáceas y especiadas, anticipa un sabor amargo y persistente.
Una mención especial merece la destilería Rossi d’Asiago, una verdadera institución en el sector. Su historia comienza en 1868, cuando el farmacéutico Giovanni Battista Rossi, tras el éxito obtenido con un elixir a base de quina calisaya, inició la primera producción industrial de destilados en la zona. Aún hoy, Rossi d’Asiago sigue produciendo licores y destilados de alta calidad, respetando la tradición y apostando por la innovación.
Puntos de interés
El poeta Gabriele d’Annunzio definió Asiago como “la ciudad más pequeña y luminosa de Italia”, acuñando un eslogan que parece escrito hoy en día. Asiago es el centro principal del altiplano más grande de Italia, una vasta cuenca verde en el corazón de la montaña véneta rodeada de cimas que alcanzan los 2.350 metros de altura, y que alberga también a los otros siete municipios de la zona: Conco, Enego, Foza, Gallio, Lusiana, Roana y Rotzo.
Completamente reconstruida tras la Primera Guerra Mundial, sorprende por su belleza arquitectónica y la amplitud de sus calles y plazas, características poco comunes en otros pueblos de montaña. Un auténtico tesoro en medio de la naturaleza, para descubrir y disfrutar.
La oferta turística, los puntos de interés histórico y natural, la belleza del paisaje, los eventos, las pistas de esquí y los senderos están distribuidos por todo el territorio del Altiplano, en sus encantadoras localidades, todas ellas dignas de explorar.
Asiago es, sin duda, la ciudad más vibrante del Altiplano de los Siete Municipios. Sus dos plazas principales y la calle Corso IV Novembre son el corazón palpitante del pueblo, con numerosas tiendas, hoteles, pizzerías y restaurantes, bares y pastelerías, tiendas de gastronomía y otros establecimientos de interés turístico.
Asiago, arrasada durante la Primera Guerra Mundial, fue reconstruida respetando su estructura urbanística original y, pese a su pequeño tamaño, recibió el título de “ciudad” por méritos de guerra.
El elegante centro urbano está rodeado de prados y bosques inmaculados y de encantadores barrios rurales.
En verano, Asiago ofrece la posibilidad de realizar excursiones a pie o en bicicleta de montaña, practicar equitación, tenis, golf (con una de las mejores instalaciones de Europa), patinaje sobre hielo y roller esquí.
Durante el invierno, en Asiago se pueden practicar numerosas actividades deportivas, como esquí de fondo y alpino, snowboard, telemark, trineo, excursiones con raquetas de nieve y patinaje sobre hielo.