Que levante la mano quien esperaba que Simon Yates venciera a Tom Dumoulin en la contrarreloj de Budapest. ¿Y quién iba a esperar que el británico ganara la contrarreloj? Pues bien, el hermano gemelo del arte, de Pest a Buda, ha firmado media hazaña, porque según los entendidos hoy era una etapa en la que tendría que defenderse y no perder segundos con respecto a corredores más acostumbrados a las contrarrelojes. No sólo se defendió, sino que ganó la carrera, dando ya a su Giro de Italia un motivo para ser recordado, sea cual sea su trayectoria en la Corsa Rosa.
Salir de la caja desde el principio: eso le gusta al público. El Giro de Italia nos tiene acostumbrados a hacer esto y ha decidido que, desde la segunda etapa, ha acertado al dar la vuelta a los pronósticos y hacer saltar todas las previsiones de las casas de apuestas. Si ayer ganó el corredor más esperado, hoy ha ganado el menos esperado. Y el corredor más esperado de ayer ha terminado hoy en segunda posición, conservando la Maglia Rosa y dando otra muestra de clase cristalina. Mathieu Van der Poel, de hecho, según su propia admisión, sólo había utilizado la bicicleta de contrarreloj una vez en las últimas dos semanas. Pero si tienes un motor como el de VDP, eso es suficiente, aparentemente. Así que mañana podrá lucir esa preciosa moto rosa que ha hecho brillar los ojos de los aficionados.