Georg Steinhauser conquistó el Passo Brocon. No una, sino dos veces. La primera vez, a falta de 32 km, cuando la carrera abordó la cuesta del Albergo, y la segunda, cuando se hizo con su primera victoria como profesional. Las dos veces rodó en solitario en cabeza, exploró toda la montaña y, en la cima, pudo incluso descorchar un champán.
Este joven alemán, nacido en 2001 – es el tercero de este año, el más joven, en ganar una etapa en el Giro – es un escalador moderno, longilíneo, de unos buenos 189 cm para 65 kg. Ya había demostrado que iba fuerte, habiéndolo intentado en Prati di Tivo, teniendo que rendirse a las ganas de ganar de Tadej Pogačar, y luego en Livigno, donde acabó 3º, de nuevo porque Tadej estaba demasiado ansioso por hacer su marca (en ese caso también fue superado por Quintana).
Hoy, sin embargo, Pogačar no le alcanzó, su voluntad de ganar era menos aguda que en los últimos días. “Cuando me dijeron que había atacado desde el pelotón, temblé, pero por suerte salió bien”, admitió Steinhauser tras la llegada.
Tras el Movistar ayer, hoy fue el dsm-firmenich PostNL quien intentó dejar ganar a Pogačar. Afortunadamente, Steinhauser y un generoso Amanuel Ghebreigzabhier (Lidl-Trek) tuvieron la resiliencia necesaria para volver a intentarlo después de haber estado al ataque toda la mañana. El UAE no quería saber nada de ganar otra, de pasar como un caníbal despiadado, así que cuando los dsm se quedaron sin energía, nadie dio continuidad y Steinhauser y Ghebreigzabhier ampliaron definitivamente la ventaja.
Los de Ineos Grenadiers pusieron el control de crucero en la subida final, pero la velocidad establecida era demasiado baja para esperar alcanzar a Steinhauser. Y de hecho, no lo alcanzaron. Ah, Pogačar todavía se alejó de todos hoy. Justo así.