Leyendo los nombres de los ganadores se podría decir: “¡Todo como estaba previsto!”. Y es cierto que han ganado los más fuertes, los más señalados en la víspera: Tadej Pogačar en categoría masculina y Demi Vollering en la femenina. Pero por suerte, el ciclismo, y la Strade Bianche muy en particular, son mucho más que el nombre del vencedor en el palmarés, y la edición 2025 ha ofrecido muchos alicientes al margen de las formidables y decisivas acciones de Tadej y Demi.
Siguiendo el orden cronológico, el final de la carrera femenina nos regaló una emoción tras otra. Primero, la desafortunada caída de Katarzyna Niewiadoma (Canyon/SRAM zondacrypto); luego, la crisis de Elisa Longo Borghini (UAE Team ADQ), reconfortada por sus compañeras de equipo; y más tarde, el ataque de Anna Van der Breggen (SD Worx-Protime) en Le Tolfe, que nos hizo retroceder tres años, recordándonos la formidable deportista que fue y que ha vuelto a ser.
Después llegaría el movimiento de Demi Vollering, que a su modo quiso recordarnos que la reina, por el momento, es ella. El emocionante cara a cara con su excompañera Van der Breggen, más experimentada, se resolvió, como ha sucedido a menudo, en el muro final de Via Santa Caterina. Un ataque bien medido y que no dejaba ningún margen de acción a Van der Breggen. Vollering ganó así su segunda Strade Bianche, logrando el sexto triunfo neerlandés en 11 ediciones: desde 2018 solo han vencido corredoras de lengua neerlandesa/flamenca (incluida la belga Lotte Kopecky). Supremacía total.
En la carrera masculina, la batalla se desató antes; hasta el Monte Sante Marie el guion fue repetición del año pasado, y en ese tramo de tierra, el que en los últimos años siempre ha decidido la carrera, Pogačar, para sorpresa de muchos, no logró despegar a todo el mundo de su rueda. Un enérgico Tom Pidcock (Q36.5), de hecho, no solo resistió la embestida, sino que incluso fue él mismo el primero en atacar, apretando el gatillo antes del primer disparo del campeón del mundo.
El gran golpe de teatro llegaría en el descenso del sector de Monteaperti: ¡Pogačar, al suelo! Maillot arcoíris hecho trizas y heridas en hombro y pierna. ¿El rey abdica? Ni soñarlo. Pogačar se levanta y en unos pocos kilómetros alcanza a Tom Pidcock. Es un duelo entre dos, pero contra Tadej no hay realmente competencia. El esloveno abre gas en la última subida a Colle Pinzuto y esta vez Pidcock tiene que soltarse de su rueda. El final se vuelve previsible: el campeón del mundo disfruta en solitario los últimos 18 kilómetros, escala nuevamente en solitario el muro de Via Santa Caterina y se lleva su tercer homenaje en Piazza del Campo. Poco importa si esta vez su maillot está roto.
Pogačar es el primer campeón del mundo en ganar la Strade Bianche. Iguala a Fabian Cancellara como récord de victorias y entra en la historia. Ya están preparando un monolito para él. Se le dedicará un sector de tierra. Nos atrevemos a decir que pocos lo merecen más que él.