Lo esperábamos, pero en el fondo era difícil de creer. Y, sin embargo, sucedió, Tadej Pogačar atacó en la Cipressa. Una acción memorable, de esas “termonucleares” que solo él sabe hacer. O mejor dicho, no solo él. También Mathieu Van der Poel y Filippo Ganna, que siguieron la locura del campeón del mundo y junto a él hicieron parecer una subida de 5,6 km al 4,1% una escalada dolomítica, con corredores esparcidos por todas las curvas. El récord de subida fue destrozado… Datos no oficiales hablan de 8’55”. El muro de los 9 minutos fue derribado.
Cuando se lanzaron a por la bajada, los tres fuera de serie ya tenían 45″ de ventaja sobre todos sus rivales y no hubo tácticas. No hubo necesidad de hablar, encontraron rápidamente un acuerdo común, cabeza baja y pedalear, al menos hasta el Poggio. Después de 100 metros de subida, Tadej atacó de nuevo y Ganna cedió unos metros, no Van der Poel, que se quedó pegado a la rueda del rival a pesar de los continuos ataques del esloveno. Es más, el neerlandés, casi para demostrar que aún tenía fuerzas, intentó atacar a la contra en la bajada, con la jugada que le había llevado a ganar hace dos años, pero esta vez Pogačar no se dejó sorprender.
Unos segundos más atrás, Ganna disfrutaba de la escena (por decir algo). El ‘gigante de Verbania’ se conoce bien y recuperó la estela del dúo justo al final de la bajada, en vista del último kilómetro. La Milano-Sanremo 2025 se decidió con un sprint a 3, un sprint de monarcas, entre tres estrellas de este deporte. Ganó Van der Poel, por delante de Ganna y de un Pogačar que tendrá que esperar al menos un año más al tan ansiado triunfo en la Classicissima. Por cómo se desarrolló, por los protagonistas que la animaron y por el epílogo, seguiremos hablando de esta Milano-Sanremo durante décadas.
Así como hablaremos de la Sanremo Women, que volvió al calendario después de 20 años de ausencia. Todas las grandes figuras del ciclismo femenino de carretera se enfrentaron en los Capi, la Cipressa y el Poggio, con ataques, contraataques y arrancadas fulgurantes. Elisa Longo Borghini acarició el golpe maestro durante unos minutos: atacó a dos kilómetros de la Via Roma y fue alcanzada a 100 metros de meta, con el sprint ya lanzado.
En este caso, también levantó los brazos al cielo una neerlandesa, la campeona europea Lorena Wiebes (SD Worx-Protime) que, perfectamente guiada por la campeona del mundo Lotte Kopecky, se impuso en un sprint de 13 corredoras a la leyenda Marianne Vos (Visma | Lease a Bike), que por poco no añadía también esta carrera a su infinito palmarés, y a la suiza Noemi Rüegg (EF Education-Oatly). Llegó la Primavera, y con ella un espectáculo sin precedentes. ¡Nos vemos el año que viene!
