Tortona huele a historia del ciclismo y trae a la memoria a dos leyendas de este deporte, Fausto Coppi y Costante Girardengo. El Giro de Italia la ha elegido como final de etapa en dos ocasiones: en 1989, 70 años después del nacimiento de Coppi, y en 2017, en la edición del centenario. Volverá este año, para celebrar los 100 años de la segunda victoria de Girardengo y los 100 años del nacimiento de Serse Coppi, hermano de Fausto, trágicamente fallecido en 1951 tras una caída en el Giro del Piemonte.
En 2017, Fernando Gaviria llegó allí con los brazos en alto, en uno de los momentos ciertamente más prolíficos de su carrera. Era la etapa 13 y el colombiano, entonces con el maillot del Quick-Step Floors, logró su cuarta victoria en aquella triunfal edición de la Carrera Rosa, en la que también se llevó el maillot ciclamen de la clasificación por puntos. Aquel día la carrera salió de Reggio Emilia y llegó a Tortona tras 167 km totalmente llanos, sin ni siquiera un GPM, en la más clásica de las fracciones de traslado.
En la escapada había dos corredores que ahora están en la cresta de la ola, como Matej Mohoric y Vincenzo Albanese, pero su destino estaba escrito desde el principio. En el sprint, Gaviria tuvo que ir mano a mano con Caleb Ewan, que también le obligó a dejar de pedalear, pero ese año Gaviria, de 22 años, estaba tan fuerte que sólo necesitó acelerar en los últimos 80 metros para dejar a todos atrás. “¿Ewan? Cosas que pasan… lo importante es no desfallecer”, dijo nada más llegar a la meta.
Para Gaviria ese fue el penúltimo éxito en el Giro de Italia, ya que en 2019 también logró imponerse en Orbetello, tras el descenso de Elia Viviani. Su historia con el Giro, sin embargo, no ha terminado, ya que en la Costa dei Trabocchi, en la salida del Giro 2023, también estará él. Un poco menos joven que entonces, pero aún con ganas de ganar.