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Recuerdos de… Riccione, 1989: la contrarreloj de Piasecki en el año de Fignon

17/05/2024

¿Quién se acuerda del pasista polaco Lech Piasecki? Era un corredor muy bueno, campeón del mundo entre aficionados en 1985, ganador de cinco etapas en el Giro de Italia y de dos Trofeo Baracchi, uno de ellos con Giuseppe Saronni. Para distinguirse llevaba un bigote que le hacía simpático a rabiar.

En el Giro de Italia de 1989 ganó dos etapas, la primera de ellas una contrarreloj en el Pesaro-Riccione, de 36,8 km, superando al holandés Erik Breukink, que acabó llevándose la maglia rosa, por 25 segundos y a Stephen Roche por 33 segundos. Era la 10ª etapa, y ese día, por primera vez, empezaron a vislumbrarse las ambiciones de Laurent Fignon, que, tras el mágico binomio del Tour de Francia 1983-1984, había tenido dificultades para repetir ese nivel en las Grandes Vueltas.

El francés de la larga melena rubia, sin embargo, volvía esa temporada a los niveles con los que había encandilado al mundo, y en Riccione, con una buena carrera, había subido por primera vez al podio virtual de la carrera. Cuatro días después, camino de Corvara, Breukink se desplomó y Fignon se hizo con la maglia rosa, que llevó hasta la gran final de Florencia.

Ese fue el último gran triunfo de Fignon, que también estaría a punto de conseguir un rotundo doblete en el Tour de Francia, en una de las páginas más crueles que ha ofrecido este deporte, ya que perdería el maillot amarillo por sólo 8 segundos (¡!), sólo en la última contrarreloj, ante Greg LeMond.

Dato curioso: el éxito de Fignon en el Giro de Italia es, hasta la fecha, la penúltima victoria de un corredor francés en una Gran Vuelta, ya que después de 1989 el único que ganó una carrera por etapas de tres semanas fue Laurent Jalabert, en la Vuelta a España de 1995.

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