Las historias del Paso de Pordoi y del Giro de Italia están ahora tan estrechamente vinculadas, entrelazadas y superpuestas en la memoria colectiva que parece casi imposible recordar cuándo se encontraron por primera vez.
Sin embargo, hay una fecha, por supuesto, y es el 5 de junio de 1940.
17ª etapa del Giro, Pieve di Cadore-Ortisei.
El novato Coppi había salido de Milán como domestique de Bartali, pero etapa tras etapa los papeles se invirtieron y ese día fue Fausto quien llevó la maglia rosa, con Gino corriendo en su apoyo.
Los dos se fueron juntos en una escapada e inmediatamente crearon un hueco.
Sin embargo, en las primeras cuestas de Pordoi, el joven Coppi tuvo un momento de dificultad, y pareció querer detenerse, en lugar de afrontar esa última subida, tiró la bicicleta y subió al buque insignia.
Bartali le esperó, le ayudó, le espoleó, cogió un poco de nieve y se la echó encima para que se pusiera en marcha de nuevo, y lo consiguió. Bartali fue el primero en despegar y ganó la etapa, mientras que Coppi, gracias a la experiencia de ese copiloto de lujo, puso sus manos en el Giro para siempre.
Este episodio es suficiente para entender el vínculo entre Pordoi y la Carrera Rosa: la crisis de Fausto en esas mismas rampas, en el año de su primera victoria; el inicio de una relación que luego se convertiría en el dualismo más encendido de la historia del ciclismo, y no sólo.
Eso sería suficiente, pero hubo muchas otras ocasiones para reforzar ese vínculo, como por ejemplo el 12 de junio de 1947.
El Giro partió de Pieve di Cadore para llegar a Trento, 194 kilómetros a través de los Montes Pálidos con los montes Falzarego y Pordoi por subir.
Esa vez Bartali estaba en la Maglia Rosa.
Coppi, segundo, quedó a 2’40”.
Al igual que siete años antes, era la etapa 17, quizás la última vez que se podía reescribir la clasificación.
Como siete años antes, los dos salieron temprano y en el Falzarego ya estaban solos.
Sin embargo, a lo largo de la subida, Ginettaccio tiene un salto en cadena, el antiguo compañero de equipo lo aprovecha y comienza una hazaña que le hizo famoso.
Bajó el Falzarego en solitario, ganó en el fondo del valle, pero fue en el Pordoi donde Coppi aumentó su ventaja insalvable para todos, llegando a Trento tras 150 km de fuga en solitario con 4’24” del segundo clasificado, Magni.
Y, lo que es más importante, finalmente deslizó la Maglia Rosa a Bartali.
Después de ese día, el paso del Pordoi se abordaría 38 veces más en el Giro de Italia, 4 de ellas como final de etapa y 13 como Cima Coppi, convirtiéndose cada vez más en un punto fijo, en un paso obligado para corredores y aficionados, hasta el punto de que ahora parece casi imposible recordar cómo y cuándo empezó esta leyenda.
Pero ahora lo sabemos.
Todo comenzó gracias a la alianza y rivalidad entre los dos mayores campeones de la historia del ciclismo.