Después de esta etapa es difícil sonreír. Arnaud Démare realizó un espléndido sprint -el tercero en este Giro- en la meta de Cuneo, pero todos los pensamientos sólo pueden dirigirse a Romain Bardet y su repentina retirada de la carrera. El francés comenzó a sentirse mal durante la etapa de ayer, durante la noche la situación empeoró, pero hoy intentó salir de todos modos. Sin embargo, después de unas decenas de kilómetros, se detuvo al lado de la carretera, pálido, agotado por sus problemas estomacales, y subió al buque insignia. ¡Adiós al Giro de Italia!
Una despedida que dolió por muchas razones: Bardet parecía haber recuperado su mejor forma, la que le había permitido terminar dos veces en el podio del Tour de Francia. Romain había vivido un par de temporadas bastante oscuras, que casi le hicieron perder las ganas de correr, aplastado por la presión de tener que correr el Tour con los colores de un equipo transalpino como el AG2R. Sin embargo, con el conjunto Team DSM había redescubierto la estimulación y la serenidad, y tras un año de adaptación, este año volvió a alcanzar niveles realmente excelentes.