Estamos en la tercera semana del Giro de Italia 2024. Ahora cualquier paso en falso podría ser fatal, y en los 159 km de Selva di Val Gardena-Passo Brocon los peligros están a la vuelta de la esquina. O mejor dicho, detrás de la montaña, porque los ciclistas tendrán que afrontar cinco puertos alpinos que, entre el Véneto y el Trentino, sabemos lo mortales que pueden llegar a ser. El pelotón se enfrentará a carreteras que han hecho historia en el ciclismo y en la Corsa Rosa, pero terminará la etapa, la número 17, en un lado inédito y más duro del paso del Brocon, el del Val Malene.
Pero vayamos por orden, porque antes de llegar habrá que trabajar duro: se empieza enseguida cuesta arriba con el Passo Sella (2ª cat., 8,9 km al 7,4%), al que seguirán el histórico Passo Rolle (1ª cat., 19,8 km al 4,8%), el Passo Gobbera (3ª cat., 5,8 km al 5,8%), y luego un primer paso por el Passo Brocon (2ª cat., 13,3 km al 6,5%) desde el lado del Albergo. En la cima quedan 32 km y tras el descenso la otra vertiente del Brocon, esta vez de 1ª cat., que llevará a la meta tras 12,2 km al 6,4%.
La pendiente media, sin embargo, es engañosa, porque si bien es cierto que la primera mitad de la subida es absolutamente pedaleable, los últimos 6 kilómetros son tremendos, ya que la carretera apenas baja del 8%, y entre el km 7 y el km 10 la pendiente media es del 10,5%. Sólo en los dos últimos kilómetros de subida la carretera se allana durante un par de tramos, dando a los corredores la oportunidad de recuperar el aliento durante un segundo antes de afrontar los últimos cientos de metros. Los atletas llevan ya 16 etapas en sus piernas y el día anterior afrontan la etapa de Santa Cristina Valgardena, que tiene 202 kilómetros y 4350 metros de desnivel y les hará llegar a esta jornada ya muy cansados.
El Passo Brocon es un bienvenido regreso al Giro de Italia, ya que todas las apariciones de este puerto alpino que separa el Trentino Alto Adigio del Véneto se remontan a las décadas de 1950 y 1960. La primera vez fue en 1955, la segunda en 1956 cuando, el día en que Charly Gaul partió por la nieve hacia la cima del Monte Bondone, Brocon se situó como penúltima subida del día.
La última vez fue en 1967, con Jacques Anquetil en la Maglia Rosa que, retrasado en el Brocon, se vio obligado a alcanzar a sus rivales para salvar su símbolo de supremacía. Lo consiguió, pero al día siguiente se vio obligado a ceder hacia Tirano bajo los golpes de Felice Gimondi.