Casi parece una señal del destino que en la tristemente famosa colina que puso fin a la leyenda (y en cierto modo la hizo eterna) del Grande Torino, haya ganado un chico que, de apellido, se llama Del Toro. Isaac Del Toro probablemente no conozca la historia de este equipo legendario, pero al ganar en la cima de la subida de Superga, de alguna manera, ha ligado su destino a ella.
Y hay muchos elementos que hacen pensar que el destino de este chico es el de un gran corredor. Con 21 años, dejó México a los 17 después de ser elegido junto a un grupo de compatriotas para dar el salto a Europa. También dejó la escuela y se mudó a San Marino, corriendo durante 3 años con el A.R. Monex. “Cuando empecé a correr en Europa, todo me parecía muy complicado – explicó en una entrevista –. Entrenaba, pero no me sentía bien. En la última media hora de carrera, era como si se apagara el interruptor. Algunos días llegaba a la meta deprimido, porque sabía que estaba bien, pero no conseguía nada“.
Luego las cosas cambiaron, el talento emergió y Del Toro ganó el Tour de l’Avenir, el Tour de Francia sub-23. En ese momento, el UAE Team Emirates, que busca talentos en todo el mundo, ya lo había fichado y desde el año pasado es oficialmente profesional con el equipo emiratí. Para que nos hagamos una idea del talento del que hablamos, tardó dos días en conseguir su primera victoria entre los grandes, ganando la segunda etapa del Tour Down Under.
En estos meses ha aprendido mucho de los fuera de serie del UAE, ha crecido y la semana pasada fue fundamental en la victoria de Juan Ayuso en la Tirreno Adriatico. “En la subida tuve que decirle que redujera la velocidad, porque me estaba poniendo en dificultades incluso a mí“, admitió el español al final de la etapa reina.
Hoy ha llegado su oportunidad subiendo hacia Superga. A su disposición se encontró también con Adam Yates, que le abrió el camino y él no se lo pensó dos veces. En el primer ataque a 2 km de la meta, solo Ben Tulett (Visma | Lease a Bike) y Tobias Halland Johannessen (Uno-X Mobility) se quedaron con él, así que mantuvo la sangre fría y esperó los últimos 200 metros para lanzar su estocada, irresistible para sus rivales. La Milano-Torino ha sonreído por primera vez a un mexicano, el corredor más joven en ganarla desde 1936. La impresión, sin embargo, es que este chico acaba de empezar a hacernos disfrutar.