A nivel internacional, nunca había ganado, ni siquiera subido al podio, no sólo entre los profesionales, sino también a nivel sub23 y junior. Así que Davide Bais decidió desatascarse en el ciclismo que cuenta entrando directamente por la puerta grande: el Giro de Italia. El corredor trentino se impuso en Campo Imperatore, en la línea de meta que había coronado a Marco Pantani en 1999 y a Simon Yates en 2018.
Quién sabe si esta mañana, cuando enfilaba la línea de salida en Capua, se habría imaginado siquiera luchando por la victoria en un final así, él que por características ni siquiera es un escalador puro. Normalmente en fracciones como Capua-Campo Imperatore no es imposible que llegue una escapada, pero sí es fácil que avance un grupo más numeroso, con muchos grandes nombres que podrían haberse descolgado de la clasificación. En su lugar, sólo cuatro corredores obtuvieron luz verde: Davide Bais (Eolo-Kometa), Henok Mulubrhan (Green Project-Bardiani CSF-Faizanè), Karel Vacek (Team Corratec-Selle Italia) y Simone Petilli (Intermarché-Circus-Wanty).