No nos escondamos, la noticia de Remco Evenepoel positivo en Covid-19 nos arruinó el día. La contrarreloj de Cesena nos había regalado un Giro de Italia aún por descifrar, abierto y entretenido, y perder la Maglia Rosa y a un protagonista muy esperado duele, no hace falta negarlo. Esto, sin embargo, no empaña el gran espectáculo que nos espera en los próximos días, ya que la carrera arrancará con Geraint Thomas (Ineos Grenadiers) por delante de todos, con sólo dos segundos sobre Primož Roglič (Jumbo-Visma), cinco sobre su compañero de equipo Tao Geoghegan Hart y 22 sobre João Almeida (UAE Team Emirates).
En resumen, el Giro está muy abierto y cada segundo de aquí en adelante contará. Los corredores comenzarán de nuevo con el Scandiano-Viareggio de 196 kilómetros que, altimetría en mano, debería sonreír a los velocistas. El largo pero suave Passo delle Radici en la etapa inaugural y, a continuación, la subida más exigente de Monteperpoli (2,6 km al 8%) que hay que superar a 75 km de la meta no deberían, de hecho, asustar a los sprinters. Lo mismo cabe decir de la etapa del día siguiente, Camaiore-Tortona, de 219 km, la más larga del Giro, que presenta el duro Passo del Bracco (10,1 km al 4,4%), la Colla di Boasi (9,2 km al 4%) y el Passo della Castagnola (5 km al 4,5%), todos ellos digeribles por los hombres rápidos.
Más difícil de interpretar será la 12ª etapa, que llevará a los corredores de Bra a Rivoli a lo largo de 179 km. En particular, será el Colle Braida el que decida el destino de la carrera, que se subirá a falta de 27 km. La subida mide un total de 9,8 km al 7,1%, pero los últimos 4 km están constantemente al 8-9%: para los hombres rápidos parece un poco demasiado duro, mientras que podría haber más espacio para las escapadas de la primera hora.