No hace falta que sea una victoria para catapultarte a una nueva dimensión, para darte a conocer al mundo, para hacerte experimentar alegrías inexplicables. Para confirmarlo sólo hay que preguntarle a Andreas Leknessund, que hoy en Lago Laceno ha logrado el 2º puesto más dulce de su carrera, un 2º puesto que le otorga la Maglia Rosa del Giro de Italia.
Y así es como de repente un grandullón noruego de 23 años, nacido en Tromsø, se encuentra en el centro de la actualidad deportiva: lidera la Corsa Rosa, le ha arrebatado el símbolo de la supremacía a ese fenómeno que es Remco Evenepoel. Seamos claros, el belga del Soudal-QuickStep había anunciado hace algún tiempo que renunciaría gustosamente a la Rosa hoy, para evitar algo de estrés y fatiga, de carrera y de otro tipo, en los próximos días, pero eso no significa que en Leknessund se la hayan dado, al contrario.
Hoy había al menos 60-70 corredores codiciando esa maglia rosa, que Remco dejó vacante prematuramente, y los primeros 90 kilómetros de los 175 kilómetros de Venosa-Lago Laceno fueron caóticos como pocos. Ataques, contraataques, caídas, descensos locos: para ganar hoy hacían falta piernas y sagacidad táctica. Aurélien Paret-Peintre (AG2R Citroen), Nicola Conci (Alpecin-Deceuninck), Vincenzo Albanese (Eolo-Kometa), Warren Barguil (Arkéa-Samsic), Andreas Leknessund (Team DSM), Amanuel Ghebreigzabhier y Toms Skujiņš (Trek-Segafredo) tenían las mismas tácticas y piernas que cuando se escaparon del pelotón y rápidamente se dieron cuenta de que tendrían opciones de ganar la etapa y la maglia rosa.