Etapa número 7, de Foligno a Perugia, 38,5 km que se harán en apnea. La contrarreloj que dirigirá de un modo u otro el Giro de Italia de casi todos los grandes favoritos. Una vez terminada, de hecho, los corredores y los equipos sabrán si en los días siguientes podrán correr un poco más a la defensiva y con cautela, o si tendrán que adoptar un modo ofensivo, para recuperar el terreno perdido contra el reloj.
Una contrarreloj rápida, apta para los grandes especialistas, hasta el km 32, cuando llegarán a Ponte Valleceppi. A partir de ahí, durante 6,5 km, la carretera subirá sin cesar hasta Perugia, dando a los corredores menos acostumbrados a las rectas de larga distancia la oportunidad de dar la vuelta al veredicto. En particular, los primeros 1.500 metros de la subida, hasta Casaglia, son aterradores, con pendientes de dos dígitos que podrían sacar de pista a más de un corredor, especialmente a los más corpulentos. Después, el desnivel es bastante desigual, con tramos casi falsamente llanos que se alternan con repentinas subidas y bajadas, para un final que hay que interpretar. Como siempre en estos casos, no se puede descartar que alguien opte por un cambio de moto, utilizando una de carretera para afrontar las últimas rampas traicioneras.
Vinculado a Perugia está uno de los recuerdos de Alfonsina Strada -la primera mujer que compitió en carreras ciclistas masculinas, y una de las pioneras de la equiparación del deporte masculino y femenino-, que hace exactamente 100 años, en 1924, vivió una jornada muy difícil en el único Giro de Italia que disputó, siendo víctima de numerosos percances que la obligaron a llegar a la meta fuera del tiempo máximo, casi 4 horas después que el ganador Giuseppe Enrici, pero se quedó en carrera.
Sin embargo, la última vez que llegó a Perugia fue en 1985, y ganó Ron Kiefel, en lo que fue el primer éxito de un estadounidense en la Corsa Rosa.
La historia dice que en tres de cada cuatro casos, quien ganó la contrarreloj de Umbría luego se llevó a casa la Maglia Rosa: Bernard Hinault en 1982 ganó la Perugia-Assisi y luego ganó el Giro, Tony Rominger en 1995 ganó la Foligno-Assisi y luego ganó el Giro, Tom Dumoulin en 2017 ganó la Foligno-Montefalco y luego ganó el Giro. Solo Fausto Coppi, en 1951, ganó la Perugia-Terni pero luego fue derrotado por Fiorenzo Magni en la lucha por la Maglia Rosa. Pero, en resumen, quienquiera que gane la carrera Foligno-Perugia el 10 de mayo, sin duda habrá que tenerlo en cuenta con vistas a la victoria final.
