Fue la etapa más rápida del Giro, y los corredores entraron a toda velocidad en Medole, en el kilómetro 83, como una afluencia de inmigrantes del siglo XV procedentes de la hambruna de Brescia.
Una sentencia judicial de 1481 dictaminó que los inmigrantes en Medole debían ser tratados como extranjeros, con derechos limitados, hasta que hubieran pasado 150 años desde la llegada de su primer familiar. Noventa años más tarde, 110 familias de inmigrantes solicitaron al Duque de Mantua que se les concediera una ayuda. Éste confirmó los privilegios de los nativos, y el pelotón salió de la ciudad tan rápido como había llegado, sin dedicar un segundo a mirar El resucitado se presenta a la madre, de Tiziano, o La lamentación por el Cristo muerto, de Mantegna, dos grandes tesoros artísticos conservados en una iglesia parroquial de provincias. Qué completamente italiano.