Los caminos de Romain Bardet y el Giro d’Italia se cruzaron bastante tarde. Tal vez demasiado tarde para que los aficionados italianos pudieran disfrutar plenamente del talento y la determinación de este corredor que, a pesar de no haber ganado muchas carreras, se acabó convirtiendo en uno de los rostros emblemáticos de este deporte en la última década, tanto por puras piernas como por su inteligencia, dentro y fuera de la competición.
El Giro d’Italia 2025 será la última Gran Vuelta en la carrera deportiva de este veterano francés de 34 años, que dos semanas después del final de la Corsa Rosa pondrá punto final a su trayectoria en el Critérium del Dauphiné, para dedicarse a su familia y, probablemente, al gravel. Desde que corrió su primer Giro en 2021, a punto de cumplir de los 31 años, ha repetido en cada edición salvo en 2023, demostrando una conexión y una pasión inmediatas por esta carrera.
Fue especialmente significativo su concurso en 2022. Parecía tener todas las cartas en su mano para luchar por la Maglia Rosa hasta el final contra Jai Hindley y Richard Carapaz, pero un virus intestinal lo dejó fuera justo en el momento clave, cuando estaba a un paso de lograr uno de los mayores resultados de su carrera. A la espera de ver qué nos depara este mes de mayo, Bardet cerrará su aventura como profesional con cuatro victorias de etapa en el Tour de Francia y dos podios finales en la ‘Grande Boucle’, en 2016 y 2017.
Por supuesto, siempre quedará la duda de qué habría pasado si el Giro hubiese llegado antes a su vida. “Mi gran remordimiento es no haber intentado antes ganar alguna otra Gran Vuelta que no fuera el Tour“, admitió Bardet hace unos meses. “Después del doble podio en Francia debería haber intentado ganar o al menos subir al podio del Giro, pero esperé demasiado y ahora sé que ya no es posible. 2022 fue mi última oportunidad y no creo que tenga sentido seguir haciendo tantos sacrificios por resultados menores. Retirarme con un buen nivel, acabando con una temporada sólida, es mi escenario ideal“.
El año pasado, el ciclista francés terminó segundo en la Lieja-Bastoña-Lieja, solo por detrás de Tadej Pogačar. Luego finalizó en la novena posición de la general del Giro, quedándose cerca de ganar la etapa de Bocca di Selva, donde solo fue superado por su compatriota Valentin Paret-Peintre. Más tarde lograría una increíble victoria en la primera etapa del Tour de Francia, la Florencia-Rímini de la Grand Départ italiana, vistiendo por primera vez en su carrera el maillot amarillo. Quizás ya no sea el Bardet de sus mejores años, pero sigue siendo un gran Bardet. Y en el Giro podremos disfrutarlo una última vez.
