Cada vez que la Arena de Verona acoge la gran final del Giro de Italia es siempre una emoción. No es frecuente que un ciclista consiga un estadio que le aclame y aplauda, y mucho menos un anfiteatro que rezuma historia y prestigio como el monumento de Verona. El derecho a esta ovación se lo han ganado todos los corredores que han completado el Giro de Italia 2022, pero la gloria se la han llevado Jai Hindley, la Maglia Rosa, Arnaud Démare, la Maglia Ciclamino. Koen Bouwman, la Maglia Azzurra, Juanpe López, la Maglia Bianca, Bahrain Victorious, el mejor equipo, y… dos leyendas en su último Giro de Italia, Vincenzo Nibali y Alejandro Valverde.
El Trofeo Senza Fine, sin embargo, sólo fue para uno: Jai Hindley. El corredor del Bora-hansgrohe hizo historia: es el primer australiano que gana el Giro de Italia, el segundo que gana una Grande después de que Cadel Evans ganara el Tour de Francia en 2011.
Aquel que, tras perder el Giro de 2020 en la última contrarreloj frente a Tao Geoghegan Hart, temía no tener otra oportunidad de ganar la Maglia Rosa, porque el tren de la carrera de un corredor nunca pasa necesariamente dos veces. Aquel que, tras su 2º puesto en el Giro de ese año, no había vuelto a rendir a esos niveles, siendo etiquetado por muchos como el clásico meteoro de una temporada tan peculiar como lo había sido la del Covid. El que, siendo adolescente, tuvo que abandonar Australia para perseguir su sueño de convertirse en ciclista profesional. El que, precisamente por el covid, no había vuelto a casa y no había visto a su familia desde hacía más de dos años.