Los amantes de los superhéroes y del mundo Marvel sabrán que hay un personaje, o más bien ente, que lo puede todo: Eternidad. Este ser es prácticamente el creador, puede dar y quitar el poder a otros, da forma a planetas, puede canalizar energía y destruir galaxias sin siquiera intentarlo, y no se le puede tocar. Un poco como Tadej Pogačar, que puede que no cree planetas, pero a él tampoco se le puede tocar y también puede dar o quitar el poder a los demás (corredores).
Hoy, al ganar Il Lombardia 2024, ha puesto el broche de oro a una temporada galáctica, en la que ha ganado el Giro de Italia, el Tour de Francia, los Campeonatos del Mundo y dos Clásicas Monumentales. No nos gusta remontarnos siempre a Eddy Merckx, porque cada época tiene sus campeones y sus protagonistas, pero ayuda a comprender la grandeza de lo que está haciendo Tadej, porque sólo Eddy había conseguido hacerlo mejor que él en 1972, ganando tres Monumentos además del Giro, el Tour y el Campeonato del Mundo.
Deberíamos considerarnos afortunados, porque estamos asistiendo a la epopeya de un tipo tan extraordinario que sorprende ver lo ordinario que es una vez que se baja de la bicicleta. Hoy ha batido por 3’16” al campeón olímpico Remco Evenepoel, que a su vez es un campeón poco común, pero que quizá empieza a maldecir el hecho de haber nacido en la misma época que el chico esloveno. Una ataque sencillo, pero mortal, en la Colma di Sormano bastó para escribir los créditos finales de la 118ª edición de la Clásica de las Hojas Muertas.
Cuando se hizo profesional, enseguida empezó a ganar -en su segundo año ya había ganado un Tour-, lo que hizo pensar que ya había alcanzado su cima. Nada más equivocado, porque año tras año crecía más y más, alcanzando cotas inexploradas por el ciclismo moderno.
Decía que sería imposible repetir una temporada así. Puede que sea cierto, pero sin duda lo intentará y nosotros estaremos aquí para admirarle. Ahora que se tome unas vacaciones tranquilas y apacibles -¡podemos decir que se las merecía! – luego le esperamos en 2025. Hay más récords por escribir.
