Etapa 8: Foggia – Guardia Sanframondi. Recuperar todo
Aunque anclado desde hace más de medio siglo a las salidas y llegadas en Milán, su ciudad natal, el Giro d’Italia siempre ha frecuentado Campania, y ya unos años después de la primera edición en 1909 se aventuró a descubrir la magia de las carreteras de Sannio. Sin embargo, sólo una vez los encontró en los días de calor, la última antes del podio final.
En 2009 el Giro celebra su 100º aniversario, y para la ocasión da la vuelta al recorrido como un guante: salida en Venecia, Dolomitas de inmediato, luego descenso hacia el sur y llegada a Roma. Los veredictos finales se confiaron a Block Haus y Vesuvio, divididos por un cruce de los Apeninos: caminos para bandoleros, que en lugar de estimular los instintos bélicos de los duelistas por la Maglia Rosa se convirtieron en inspiración para los atacantes. La Sulmona – Benevento es una etapa con mil caras que comienza cuesta arriba al rozar la Majella, luego se lanza a la llanura a la sombra del Matese y después se enreda en las subidas y bajadas del Sannio. Es una ruta tan versátil como una Falanghina, a lo largo de la cual puede ocurrir que una sexta parte del pelotón se escape, que haya un pequeño sprint y que el sprint premie a un escalador. En el Sannio, en cambio, siempre pueden ocurrir imprevistos: las calles hablan de rituales y milagros, como las procesiones de la Guardia Sanframondi que a lo largo de los siglos han sido capaces de alejar el hambre, los terremotos, las inundaciones y las sequías.
Cuando la carrera entra en la zona de Sannio, la fuga de 25 ya se está desmoronando. Entre los siete que quedan se encuentran Bak y McCartney, que según la cantante Andrea Satta -invitada en la televisión- “les dará una paliza a todos”. Pero también está Michele Scarponi, que ya ha ganado la sexta etapa y ha prometido un bis antes del final. Es el Giro adecuado para hacer promesas para Scarponi, que en su regreso tras una descalificación ha descubierto por fin que se ha convertido en una estrella del ciclismo italiano. En Roma habrá una fiesta para él, que vuelve a sonreír tras años de decepción y está decidido a recuperarlo todo. Los animadores de esa fiesta fueron sus amigos de Filottrano, que en la tarde de Benevento recorrieron el centro abrazándose.