En cuanto a la lucha entre los grandes nombres de la clasificación general, la segunda semana del Giro de Italia 2023 no nos ofreció grandes emociones. Las escapadas se encargaron de ello, con ataques y contraataques bajo la lluvia, intentos de alcanzarlas en el último kilómetro y sprints de infarto. En la tercera y última semana, sin embargo, nadie podrá esconderse más, porque no habrá mañana para intentar llevarse a casa la Maglia Rosa.
La primera oportunidad de sacudir las cosas llegará mañana, con los 203 kilómetros de Sabbio Chiese-Monte Bondone. Cuatro GPM, el Passo di Santa Barbara (1ª cat.), el Passo Bordala (3ª cat.), el Matassone (2ª cat.) y Serrada (2ª cat.) anticiparán la legendaria subida trentina de Bondone, que en la historia ha hecho famosos a unos corredores y legendarios a otros. La subida final, tomada desde Aldeno, es accidentada (21,4 km al 6,7%), siendo los tramos más duros los 3 primeros km (al 9%) y el que va del km 12 al 19 (8,2%). La jornada también será delicada en lo que respecta a la Maglia Azzurra.
Aparte de la pasarela final en Roma, la única jornada que sobre el papel debería ser tranquila esta semana es la Pergine Valsugana-Caorle, 197 km completamente llanos que llevarán a los corredores a la costa adriática, para lo que debería ser la penúltima oportunidad para los sprinters. Los escollos volverán el jueves, con los 161 kilómetros de Oderzo-Val di Zoldo, la etapa recta más corta de este Giro, si excluimos siempre la etapa final en la capital. Tras el Passo della Crosetta (1ª cat.), los corredores se enfrentarán a un final explosivo, primero con la subida a Forcella Cibiana (1ª cat., 9,6 km al 7,8%), que habrá que superar a falta de 26 km, y luego, tras el descenso, con las subidas hacia Coi (2ª cat., 5,8 km al 9,7%) e inmediatamente después de la llegada a Val di Zoldo, en Palafavera (2ª cat., 2,7 km al 6,4%).