¡Y tres! Para dejar claro una vez más quién es el sprinter príncipe de este Giro de Italia 2024. Jonathan Milan coloca su tercera obra maestra en la línea de meta de Cento, en Romaña, aniquilando una vez más a todos sus adversarios. A cada sprint que pasa, el gigante de Buja parece ganar con mayor facilidad, con mayor elasticidad y a mayor distancia del segundo.
Comparada con la llegada del otro día en Francavilla al Mare, la meta era mucho más técnica, más sinuosa, con curvas y contracurvas, mientras que en los Abruzos había un tramo recto de más de 3 km, en el que era más fácil remontar y coger la rueda de los adversarios. Para Milán, la diferencia no era visible, teniendo en cuenta la facilidad con la que ha ganado tanto hoy como el otro día, gracias también a un tren que no comete errores.
Esta mañana Groves dijo: “No hay duda, ahora mismo Milan es el velocista más rápido y potente del mundo, pero intentaremos ponerle en apuros”. Y lo hicieron, porque a falta de unos 60 km, en la calma general, los Ineos Grenadiers y luego los demás equipos a su rueda abrieron un abanico que partió el pelotón por la mitad.
Jonny se dejó engañar, se quedó en la segunda mitad del grupo y en su afán por volver, en un momento dado, intentó bajar en solitario. Fue una locura, incluso para un corredor con su motor. Durante unos veinte kilómetros estuvo sudando frío, pero gracias al equipo volvió al pelotón y pudo concentrarse exclusivamente en el sprint. “Todos los días en el Giro pasa algo“, dijo Tadej Pogačar después de la etapa. Y así es, no hay ningún día en el que todo haya salido según el guión.
El final, sin embargo, fue como estaba guionizado, al sprint. Ganó Milán. A Cento por hora, a pocos kilómetros de Imola, donde este fin de semana se disputa el GP de Fórmula 1.
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