A mitad del camino de la vida

Los corredores de la fuga estaban totalmente alejados de los diferentes caminos que les esperaban hoy. Derrotado en el primer sprint intermedio por Umberto Marengo, y desplazado de la cabeza de la clasificación del sprint, Simon Pellaud tomó otro rumbo al establecer un paseo en solitario punitivo que le hizo ganar 17 kilómetros de Fuga Bianchi, lo que al menos le garantiza el liderazgo en esa competición un día más. Detrás de ellos, Fernando Gaviria recuperó tres puntos de la Maglia Ciclamino sobre Peter Sagan, que comentó en la línea de meta: “No hay muchos puntos en los sprints intermedios, así que sólo los hago sobre ruedas”.

Cuando Dries De Bondt se puso a la cabeza del pelotón para recoger algunos puntos de combatividad en el segundo sprint intermedio, sólo para mantener su mano en la competición que lideraba esta mañana, Thomas De Gendt aceleró, intentando formar un contraataque. El pelotón no les dejó pasar, y se pasó el resto de la etapa intentando no atrapar a Pellaud, Marengo y su compañero de escapada Samuele Rivi.

Rivi, por cierto, es de Trento pero es medio tirolés, y dice que se sentía totalmente a gusto como único corredor italiano en un equipo austriaco sub-23 hasta la temporada pasada. El día en que sonó el himno nacional italiano antes de la salida para celebrar el nombramiento del veronés Elia Viviani como abanderado italiano en los Juegos Olímpicos de Tokio, es bueno recordar la amplitud de las múltiples identidades de Italia.

La Maglia Rosa y la Maglia Bianca – una persona, dos manifestaciones – han tenido hoy el día libre. También la Maglia Azzurra, Geoffrey Bouchard, que lidera la competición de montaña con 48 puntos, pero que podría ceder 40 de ellos mañana en el Monte Zoncolan. Con todos estos intereses dispersos en tantas subcompeticiones, y tantas vidas paralelas en el pelotón, ¿tiene el Giro de Italia sentido como una sola competición? Más que el camino singular de Dante por la vida, el Giro sigue la filosofía del poeta portugués Fernando Pessoa, que escribió: “Nos habitan innumerables vidas”. Cada corredor es libre de elegir en cada momento el papel que desea desempeñar, sabiendo que cada uno deja tras de sí la estela que es la savia del pelotón.